Actualmente se habla mucho de la «gestión de proyectos», de la «proyectización de las empresas», de trabajar bajo «esquemas tradicionales de gestión» y/o «metodologías ágiles»; sin embargo, desde mi punto de vista, se habla poco o con mucha ligereza y poca profundidad del trabajo de un «Project Manager». Asumimos que contamos con personas con la capacidad de gestionar proyectos como si fuera algo muy sencillo de hacer, pero a veces la teoría no representa la complejidad de la vida real.
Me atrevería a decir que el éxito de un proyecto está directamente ligado con la correcta gestión de su líder y, desafortunadamente este liderazgo en muchas ocasiones es una actividad muy poco apreciada, pero de la que dependen muchas cosas. Es una actividad que se nota cuando no se hace bien, pero pocas veces se valora y agradece cuando se opera de forma correcta.
Reclutar un buen líder de proyecto es encontrar un «diamante en bruto». El project manager o líder de proyecto es la persona encargada de hacer que las cosas sucedan, de alcanzar los objetivos, detonar las actividades y darles seguimiento, monitorea los avances, participa como representante e interlocutor de los miembros del equipo y, por si eso no fuera suficiente, es la persona que en medio de las crisis y problemáticas del día a día, con la cabeza fría tiene que malabarear el alcance, los tiempos y recursos para obtener los resultados esperados. Todo esto mientras minimiza riesgos, motiva al equipo, da respuesta a la incertidumbre y mantiene contentos a los stakeholders interesados. De sólo leer lo que debe hacer ya resulta extenuante, ¡imagina vivirlo y tener en tus manos todas esas pelotitas, las cuales debes mantener en movimiento de forma armónica!
Un buen líder de proyecto debe desarrollar capacidades técnicas y habilidades blandas (soft skills) ya que su trabajo las implica con mayor profundidad en el acontecer diario de los proyectos, entender y aplicar sus conocimientos, herramientas y técnicas para sacar el barco a flote al mismo tiempo que desarrolla sus cinco sentidos para «sentir al equipo» y «ser sensible a sus necesidades».
La capacidad de gestión personal que desarrolla un líder es enorme, porque un buen director de proyecto requiere de habilidades interpersonales para lograr de manera exitosa:
1. hacer que las cosas sucedan,
2. evitar malentendidos,
3. llegar a acuerdos o establecer términos favorables para todos,
4. estimular al equipo para que alcance altos niveles de rendimiento y supere las barreras al cambio,
Es por todo lo anterior que, si encuentras un día a un líder de proyecto en toda la extensión de la palabra, acabas de encontrar un gran tesoro, valoralo y cuídalo.