Los números de las emprendedoras mexicanas

Escalab nace de una colaboración entre mujeres profesionistas que nos dimos cuenta que a través de la unión de nuestro talento podríamos hacer más y una mejor oferta de servicios. Esta idea, junto con un dato que había leído hace algunos meses acerca del porcentaje total de Venture Capital destinado a empresas lideradas por mujeres en 2020 es únicamente de 2.4%, estuvo rondando mi cabeza por las últimas semanas.

Me causaba curiosidad saber cómo hacemos las mexicanas para emprender y esto es lo que encontré:

1. En México existen 36 millones 38 mil 272 personas ocupadas, de ellas 41.2% son mujeres.
2. Sólo dos de cada 10 emprendedores son mujeres en México.
3. Uno de cada tres establecimientos con menos de 100 personas ocupadas tiene como dueña a una mujer. Este estimado considera un total de 4 millones 493 mil 452 establecimientos en total.
4. De este tercio de mujeres emprendedoras 78.4% de ellas pertenecen al sector informal y 21.6% al sector formal.
5. Demográficamente hablando el nivel de estudios preponderante es la educación básica con 53.1% del total de emprendedoras y el 46.7% tenían 41 años o más.
6. Las mujeres invierten el 0.13% en capacitación. Menos del 1% de sus ingresos.
7. Sólo el 2.9% de ellas realizaron ventas por Internet.
8. Sólo el 12.8% obtuvo alguna forma de financiamiento.

(Fuente: Censo Económico, INEGI 2019)

Y así podría seguir la lista… Lo que me obsesiona de ella no son los datos curiosos, a medida que me documento un poco más, son las preguntas las que inundan mi mente: ¿Cómo lo hacen? ¿Qué visión tienen de su proyecto? ¿Participan en cadenas (globales)de valor? ¿Cuál ha sido su mayor reto?

Luego a partir de nuestra propia experiencia obtengo algunas respuestas que de forma parcial hacen que el panorama compartido con las demás emprendedoras sea de mayor curiosidad e interés para un proyecto como Escalab. Si algo he aprendido en los últimos meses es que la capacidad de adaptarnos como emprendedoras y mujeres no deja de sorprenderme, que aún quedan muchos techos de cristal por romper y nuevas redes por tejer. La numeralia sólo es un recordatorio de ello.