Es impresionante lo subjetiva que puede ser la percepción del tiempo de dos personas ante un mismo evento y, a veces; la complejidad de concebir un mismo momento bajo las dos premisas de manera simultánea. Esa ha sido mi experiencia durante la pandemia con respecto al tiempo, vuela y es eterno a la vez.
Seguramente no soy la única a quien le ha pasado que el tiempo por momentos parece que vuela y por momentos parecería eterno… Es impresionante lo subjetiva que puede ser la percepción del tiempo de dos personas ante un mismo evento y, a veces; la complejidad de concebir un mismo momento bajo las dos premisas de manera simultánea. Esa ha sido mi experiencia durante la pandemia con respecto al tiempo, vuela y es eterno a la vez.
Ante esta complejidad subjetiva de percepción, es normal a veces sentir la incapacidad de dimensionar este preciado activo, el único que es irrecuperable y finito para todos. No lo podemos almacenar ni prestar, todos contamos con las mismas 24 horas diarias y tenemos que invertirlas de la mejor manera posible.
Sin embargo, la inversión del tiempo también es algo complicado, podemos sentirnos súper productivos o, en un abrir y cerrar de Instagram haber perdido horas y, ¿qué decir de los 31 de diciembre planeando las metas del siguiente año?
Cómo diría Tony Robbins “Las personas sobreestimamos lo que podemos conseguir en un año y subestimamos lo que podemos lograr en diez”.
Si en la gestión de nuestra vida sucede esto … es claro que en la gestión de nuestros proyectos personales y profesionales la probabilidad de un mal cálculo y de desperdicios de tiempo es un elemento de suma relevancia, por lo que su adecuado dimensionamiento y gestión incrementan de forma exponencial la capacidad de logro de nuestros objetivos.
Es por lo que, me di a la tarea de reunir algunas buenas prácticas que diferentes expertos nos sugieren para tener un mejor aprovechamiento de nuestro tiempo:
1. Ten una agenda: digital o física, te permitirá contar con un espacio en el cual dimensionar tu carga de actividades, mantenerlas de forma ordenada y gestionar mejor tus decisiones.
2. Utiliza tu agenda; de nada sirve tener tus actividades programadas si no utilizas tu agenda y respetas tu propia asignación de tiempos, alguna vez me dijeron “cuando organizas tu agenda, tú eres el jefe … pero cuando comienza la semana, tu agenda es tu jefe”.
3. Prioriza tus actividades: me encantaría que el día tuviera 36 horas, pero mientras eso no sea posible … es importante tener claras tus prioridades si no quieres vivir apagando fuegos o resolviendo cuestiones poco trascendentales en lugar de darle espacio en tu vida a lo realmente importante. Pregúntate “¿Qué es lo único que podría hacer hoy y gracias a lo cual todo lo demás va a resultar más fácil o innecesario?”
4. La voluntad es cómo una pila: se descarga conforme pasa el día, haz tus tareas más importantes temprano, antes de que se agote tu fuerza de voluntad.
5. Elabora un Gantt de trabajo: laboral o personal, tener claro qué tienes que hacer para llegar a una meta facilitará que dediques el tiempo necesario en resolver esas actividades que te llevarán a conseguirla.
6. No subestimes ni sobre estimes: realiza un ejercicio consciente y lo más realista posible para asignar tiempo a tus actividades, esto elimina la frustración de ir retrasado todo el día con pendientes que se van acumulando.
7. ¿Recuerda la regla de Pareto: el 20% de tu tiempo genera el 80% de tus resultados, encuentra cuál es ese 20% y enfócate en darle el tiempo adecuado.
8. Cuando debas trabajar, trabaja, y cuando debas jugar, juega.
Para concluir esta pequeña reflexión únicamente me gustaría agregar “carpe diem”.Aprovecha el día y haz que cada uno de sus minutos valga la pena.